Estilizada y original, esta planta no es verdaderamente un derivado del bambú, aunque se lo denomina así por su forma de vara. Es en realidad una planta acuática perteneciente a la familia de las agaváceas, que cumple las exigencias de la vida moderna: una planta sencilla y que no requiere de demasiados cuidados ni dedicación. Ideal para hogares con decoración zen o minimalista.

El bambú de la suerte es de alta tolerancia y su mantenimiento es mínimo. No necesita exposición directa al sol y puede crecer en lugares con poca luz. La temperatura adecuada para su cultivo es entre los 15 y 30 grados. Es muy fácil y práctico para cuidar, sólo necesita agua, pero atención a no excedernos ya que podría echar a perder el tallo. Bastará con llenarla hasta que las raíces queden sumergidas. En verano el agua deberá cambiarse semanalmente, mientras que en invierno bastará cada dos semanas. Los tallos más usuales son los rectos, pero también los encontramos en forma de espiral.

La tradición china asegura que esta planta simboliza la buena suerte: tanto su color como su forma atraen a la buena fortuna y prosperidad al hogar. No hay mucho más para decir. Se luce por sí sola.

Escrito por Cecilia Favier de Decocasa

Fuente Imágenes: Tipnut, Jardinería Pro