A mucha mujeres no les gusta cocinar. A otras nos encanta. Pero más allá de gustarnos o no, hacerlo en una cocina en la cual no estamos cómodas hace que directamente no tengamos ganas de agarrar ni siquiera una cuchara. Entonces, ese espacio, donde pasamos tanto tiempo trabajando, debe principalmente resultarnos cómodo y bonito.

Si bien el espacio es importante, más lo es la distribución. La regla a seguir la llamaremos “triángulo de trabajo” y deben integrarlo las tres zonas más importantes de la cocina (despensa, lavado y cocción) que se ubicarán tal como lo anticipa su nombre, en triángulo.

Elegir un color para este ambiente no resulta tan complicado, pero sí debemos tener algunos aspectos en cuenta como ser las dimensiones, el tiempo que pasamos en ella, quienes y si comeremos allí o no. Los colores que, por ningún motivo, deben ir en las paredes de nuestra cocina son el rojo y el negro. El verde, el amarillo, los colores terrosos, el rosa y el gris claro son tonos que la visten.

Las velas, las piezas de vajilla, los arreglos florales, los cuadros, las bandejas, las frutas son complementos que servirán para decorar y crearán la atmósfera que buscamos.

Escrito por Cecilia Favier de Decocasa

Fuente Imágenes: Pinterest

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