El recibidor se ha transformado en los últimos años en un ambiente muy importante. En realidad, lo hemos convertido en un ambiente. Es el que recibe al visitante y le habla de nuestro estilo de vida y de nuestros gustos. Además nos comunica con el exterior y es la zona donde nos despojamos de lo que traemos de la calle y nos reencontramos con la calidez de nuestro hogar.
Más allá del espacio que se disponga, cualquier casa o departamento puede tener su recibidor si se planifica bien su distribución y decoración.

Los muebles de apoyo son elementales. Una pequeña consola, una biblioteca o un modular servirán para colocar las llaves, el correo y otros objetos que traigamos del afuera.
Un espejo, ya sea apoyado en el mueble o colgado en la pared, decorará nuestro recibidor y servirá para darnos un último vistazo antes de salir. Además, si las dimensiones no son abundantes, nos ayudará a dar mayor sensación de amplitud.

El perchero será clave al momento de desprendernos de nuestros abrigos y bolsos. Es un accesorio muy importante cuando recibimos visitas. Si el espacio lo permite, podemos suplantarlo por un pequeño armario.
Para zonas muy húmedas, recomendamos colocar un paragüero inmediatamente al abrir la puerta para evitar charcos y suciedad en el piso. Una alfombra también servirá para esto último ya que en ella podemos limpiar nuestro calzado.

Dado que generalmente se trata de espacios pequeños, la mayoría de las decisiones se tomarán en torno a ello, el tamaño y la clase de mobiliario, por ejemplo. El color de las paredes, por su parte, deberá ser claro y cálido para expandir visualmente la habitación. Una lámpara de mesa o de pie bastará para iluminar y crear un clima más acogedor.

Si el recibidor lo permite podemos colocar una cómoda silla o un reconfortable sofá. Un consejo a tener en cuenta: no colocar ningún mueble u objeto en la pared donde abre la hoja de la puerta de entrada para no restar apertura ni crear estorbos.

Escrito por Cecilia Favier de Decocasa

Fuente Imágenes: Mi casa