El arquitecto Josef Hohensinn es el creador de uno de los centros penitenciarios más sofisticados del mundo que rompe con la estética de la prisión tradicional, situado en la localidad austriaca de Leoben.
Bajo el lema de diseño “máxima seguridad exterior, máxima libertad interior”, el arquitecto ha sabido cambiar el aspecto lúgubre, oscuro, gris y asfixiante de una cárcel común, instalando paredes de cristal que dejan pasar la luz y permiten ver el cielo azul.

Como era de esperarse, esta construcción causó un gran revuelo por la cantidad de dinero invertido, pero Hohensinn aclaró que no puede hablarse de lujo porque no se trata de una cuestión de dinero, sino de llevar a cabo una arquitectura más agradable para los más de 200 pares de ojos que se encuentran recluidos allí.  Continúa afirmando que la privación de la libertad es pena suficiente por lo que darle importancia a la calidad de la construcción y diseño ayuda a una mejor reinserción social.

El diseño interior está cuidadosamente pensado. Las celdas son individuales, poseen baño privado, cocina y las más afortunadas, balcón con vista al patio de recreo. La prisión cuenta además con un gran auditorio, gimnasio, espacios de juegos y dormitorios especiales para las visitas familiares.

A las críticas que se hacen en base a este edificio, el creador las aplaca sosteniendo que la cultura de un país se expresa también en el trato que se da  los grupos sociales más marginales.  El edificio se terminó de construir en noviembre de 2004 y una de sus paredes expresa claramente el concepto de la prisión: “Todos los seres humanos nacen libres e iguales, con dignidad y derechos”.

No obstante como dice la canción de Los Tigres del Norte: “Aunque la jaula sea de oro, no deja de ser prisión”. ¿Qué opinan?

Escrito por Cecilia Favier de Decocasa

Fuente Imágenes: SpaceInvading, Chrocodiles