Es habitual que a las paredes no le demos el lugar que se merecen, simplemente las vestimos con una discreta mano de pintura. Pero por su importancia visual debemos otorgarle un mayor protagonismo en la decoración.
Para ello existe una completa gama de técnicas que se pueden aplicar para darle a la pintura una imagen distinta a la habitual. El esponjado es una de ellas.

Se trata de una técnica no muy compleja y rápida que consigue efectos decorativos muy diversos y llamativos sobre paredes y techos, pudiéndola aplicar también en muebles. Consiste en golpear suavemente con una esponja una pared hasta lograr una superficie manchada con superposición de colores: un color de fondo y uno o varios colores de esponjado. Respecto a la pintura, es conveniente que sea plástica al agua o esmalte al aceite. Lo más aconsejable es que el color más claro se utilice como base para que se destaquen los colores que se coloquen luego. Es primordial dejar secar la primer capa para hacer uso del esponjado.

Aunque es un técnica sencilla debemos tener cuidado con la intensidad y la cantidad de esponjadas que damos porque el exceso en algunas zonas de la pared puede quedar muy mal, tiene que ser una aplicación uniforme.

Escrito por Cecilia Favier de Decocasa

Fuente Imágenes: Decorar paredes, Hola