A muchas personas les gustaría tener su propia cava hogareña donde almacenar y conservar su colección de vinos. Estas cavas o pequeñas bodegas son fáciles de recrear.

Es importante y necesario que el lugar escogido para realizarla sea un lugar espacioso y que no permita la entrada de luz natural para no acelerar el envejecimiento de los vinos. Los espacios subterráneos serían los más adecuados. En el caso de una casa, hablamos del sótano, si disponemos de uno. Caso contrario podemos optar por el hueco de una escalera, un nicho en la pared o algún clóset o armario en desuso. Es necesario que el espacio elegido esté alejado de habitaciones donde se concentren olores y vapores de productos químicos como el garage, ya que se puede impregnar el corcho y contaminar el vino. Tampoco es recomendable que este cerca de la cocina por las altas temperaturas que se manejan allí ni tampoco cerca de una ventana o artefactos que produzcan mucha vibración.

Los materiales para estos ambientes pueden ser muy variados: piedras, maderas, metales. Dependerá del presupuesto que disponemos y el estilo que cada uno le quiera otorgar.
Si queremos que nuestra cava sea apta para poder recibir invitados y disfrutar de un buen vino en compañía, debemos colocar muebles que combinen con el diseño pero que no entorpezcan a la circulación. Otro punto a tener en cuenta es la disposición de las botellas ya que deben reposar en forma horizontal para que el corcho esté en contacto con el vino y no se reseque.
La poca luz que colocaremos, será fría e indirecta para que no incida directamente sobre los vinos.

Escrito por Cecilia Favier de Decocasa

Fuente Imágenes: Interiores